Viendo en las redes me entero que su origen es chino y que hay varias formas de escribirlo: cátchup, cachú, cátsup, por ejemplo. Además de tomate lleva un sinfín de especias, aunque creo que los que se venden comercialmente deben haber simplificado la receta para abaratar costos.
Mi mamá lo detestaba, en mi casa no recuerdo haber visto una botella de kétchup en la refrigeradora y he comprado algunas veces solo para recetas o platillos muy específicos. Me contaba la anécdota de un chef de la Casa Banca a quien un presidente le pidió kétchup para saborizar una comida gourmet y que luego de varias peticiones similares había renunciado por honor. Nunca supe de donde había sacado ese cuento, pero me parece perfectamente creíble.
Poner kétchup a las papas fritas me parece bien, pero si le pones mayonesa para mí saben aún mejor y si no has probado el ceviche panameño con kétchup, mayonesa y un poco de mostaza te pierdes algo delicioso pues con esa combinación elevas el ceviche a una lluvia de sabores que seguramente también te gustará.
A casi 35 años de la muerte de mi mamá en mi cocina no hay botella de kétchup, aunque estoy segura que debí haber comprado alguna que otra botella o talvez varias, seguro a petición de mi hijo o esposo, pero estoy muy segura que no le he puesto kétchup al arroz blanco ni al arroz con pollo, tampoco a los huevos, aunque confieso que si le pongo a las papas fritas y ocasionalmente a los patacones y a la yuca frita.
