Sádico asesino en serie violó y mató a 15 niños, símbolo de maldad

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  • domingo 05 de mayo de 2024 - 1:00 AM
El presidente de la República Juan José Arévalo tuvo un accidente de automóvil, se lastimó la columna y perdió gran parte del líquido que facilita el movimiento vertebral, por lo que se rumoró que los asesinatos eran orden del mandatario.

José María Miculax fue un asesino en serie que aterrorizó la ciudad de Guatemala, en 1946, por sus viles crímenes las autoridades crearon la Ley Miculax, para agilizar los procesos de este tipo.

Miculax fue el primer asesino en serie de Guatemala, y se le llegaron a comprobar 15 crímenes, la mayoría de ellas encontradas en Chimaltenango, Guatemala y Sacatepéquez.

Antecedentes

Los padres de José María llegaron a la ciudad de Guatemala de un poblado rural de Chimaltenango, un apartado municipio de esta ciudad; eran personas sencillas y analfabetas. Se cree que él fue producto de un embarazo no deseado cuando su madre aún era una adolescente.

Un compañero de celda Miculax le comentó a autoridades que él no tenía ninguna tendencia o una personalidad que se podría considerar psicótica. Además, el asesino serial no parecía mostrar ningún tipo de comportamiento irregular, durante su niñez.

Creció en un hogar donde su padrastro, quien era un sujeto alcohólico, abusaba de toda la familia, tanto física como sexualmente.

Miculax se identificaba como homosexual, situación que lo llevó a exponerlo a la discriminación y a esconder esa parte de su personalidad.

Nunca tuvo ninguna figura de autoridad en su vida que le enseñara a diferenciar el bien y el mal, en especial porque nunca recibió ningún tipo de educación.

Es en su adolescencia cuando empezó a tener fantasías sexuales que no supo canalizar, por lo que su descontrol emocional y psicológico causado por los abusos de su padrastro lo habrían llevado a ejecutar deseos sexuales fuera de lo aceptado por la sociedad.

Intentó reprimir sus deseos pero sus tendencias violentas llegaron a causarle un descontrol que lo condujo a convertirse en ladrón a temprana edad, para sacar sus frustraciones de alguna manera.

Se cambiaba de nombre para no ser identificado y, llegó a ver el crimen como algo natural y normal en la sociedad, ya que no tenía consecuencias por la falta de intervención de las autoridades.

Su única y más cercana relación era con su primo Mariano, con el que compartía sus ideas más perversas. Es a los 15 años que Miculax empezó a abusar de niños y llegó a ser arrestado cuando tenía 16 años por abuso y secuestro de niños, y robos. Pagó cuatro años de prisión.

Pero en la cárcel de adultos donde fue recluido no actuó de la misma forma maligna, no acudió a la violencia física ni sexual. Ahí no tenía su tipo de víctimas al alcance.

En enero de 1946 Miculax terminó su sentencia y, fue entonces que regresan sus acciones de violencia física y sexual. Mariano fue quien lo recogió y empezaron a planear los crímenes.

Iniciaron las noticias de desapariciones y el hallazgo de cuerpos sin vida de menores de edad. Entre enero y abril de 1946 se encontraron los cuerpos de 15 niños entre 8 y 16 años.

El primer cuerpo fue encontrado el 23 de febrero de ese año, Enrique Sactic Cuyuch, hallado en la finca El Naranjo, sobre la arena, con ambos brazos amarrados al cuerpo. El expediente subraya que el niño tenía marcas como si le hubieran pasado un automóvil encima. La autopsia determinó que falleció por las heridas.

Francisco Juárez Ajvix fue encontrado sin vida por su hermano mayor, el 30 de marzo a las 11:30 de la mañana. El padre de ambos lo había mandado a visitar a su hermana pero nunca regresó. El menor estaba en un bosque a varios kilómetros de la carretera más cercana, en estado de descomposición y algunas de las partes dañadas por animales. Tenía una soga atada al cuello, la autopsia concluyó que murió por asfixia.

Un sobreviviente

El 23 de enero de 1946, Miguel Ángel Valenzuela le dijo a su madre que dos hombres le dijeron que tenían unos conejos que enseñarle. Fue llevado a un lugar solitario y abusaron de él hasta darlo por muerto y los atacantes se retiraron.

Miculax dijo en el juicio que terminaba su abuso cuando sentía al niño dejar de respirar, por lo que se llegó a decir que lo que le excitaba no era el acto sexual, sino ver a sus víctimas morir.

Entre las víctimas comprobadas estaba una de 18 años, dos de 15, dos de 14, cinco de 13, dos de 12, dos de 11 y una de 10.

El 27 de abril de 1946 una anciana dio una descripción detallada de los criminales luego de haberlos visto por la calle.

Miculax confesó varios de los asesinatos, los cuales contaba de forma clara y detallada y en apariencia honesta; como si se tratara de un tema cotidiano.

No mostraba ningún remordimiento o pena en su lenguaje corporal y tono de voz. Fue descrito como un criminal sadista y loco. Por la tardanza del caso de Miculax, se aprobó el Decreto 235 del Congreso de la República, conocido como la Ley Miculax. La norma abrevió el proceso para enjuiciar asesinos.

El 18 de junio de 1946 Miculax fue condenado a la pena capital, solo por dos de los 15 asesinatos que se comprobaron durante el juicio. A mariano se le condenó a 30 años como cómplice.

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