Despierta de la pesadilla

Hoy me levanté más temprano, una pesadilla recurrente me hizo ganarle al reloj despertador, tengo la percepción de que no dormí nada. El sueño, según recuerdo, estaba fraccionado como las piezas de rompecabezas y yo suspendido en el aire mirando los acontecimientos.

Desde las alturas me vi caminando en un parque extraño, lo verde era gris, en el aire sentía un olor a incertidumbre, desesperanza y mentira.

Detrás de los árboles, con ramas que asemejan el rostro de gente triste y desesperada, observo a tres sirenas tocando el arpa y cantado; mujeres hermosas con la cola de pez en la parte inferior de sus cuerpos.

Alguien se me acercó, no entendí por qué esa persona, bien vestida, tiene un diamante como rostro. ¡Hola Pueblo Desamparado! soy tu político de siempre, espetó.

Al escuchar la frase entendí que mi nombre es el de todos y que la cara del político es más dura que un diamante.

Buenos días, le respondí, quiero que sepas que en 5 meses cumplo 61 años y que en unos 210 días son las elecciones generales, han pasado 43 años desde mi mayoría de edad, espacio de tiempo donde he ejercido mi derecho al voto en 8 contiendas electorales.

Es el mismo circo, con personajes diferentes que muestran un espectáculo invariable que arranca la empatía y simpatía del votante que babea al escuchar la música y el canto de las sirenas que con la falsa belleza quiebran la voluntad de la gente.

Los malos políticos están convencidos que mentirle a la gente es política y tienen la habilidad de crear la ilusión de la posverdad que hace aceptar a la sociedad la mentira en política, ya que esta sirve para protegerles de algo más aterrador: ‘la verdad o la realidad en la que vive el pueblo'

Para generar el bien común es imperante la responsabilidad social en la política que vaya más allá de los objetivos partidistas y de los interese personales.

El aparecido en mi sueño se molestó con lo que dije, saca de sus bolsillos todas las herramientas para el manejo de la opinión pública.

En su mano derecha lleva el cuchillo de su propaganda, me corretea por todo el parque para apuñalarme la mente y convencerme que vote por él.

El susto me hizo despertarme de la pesadilla y estar consciente de que la decisión es nuestra.

PERIODISTA Y PROFESOR